Un adiós con cariño...

Queridos alumnos de sexto curso:

Hoy, después de nueve años, os decimos adiós, pero es un adiós que no significa un "hasta nunca", sino que va lleno de un eterno "hasta luego" que refleja esperanza, ilusiones, deseos, sueños, anhelos y por qué no, también miedos.

"Tengo miedo", me dijo alguien hace unos días. No debéis tener miedo nada, es un cambio en vuestra vida y la ilusión que lo compensa todo: Crecer.

Vais a dar un paso hacia una nueva etapa, que no precisamente tiene por qué ser mala, sino que también creo, será una época cargada de nuevos aprendizajes, intelectuales, pero también para la vida diaria; llena de nuevas personas que serán vuestros guías, sin dejar a un lado las enseñanzas de quienes hoy quedan en el pasado; de nuevos compañeros, que quizá algunos se conviertan en nuevos amigos.

Hoy alumnos, compañeros, amigos, confidentes, cómplices, almas gemelas; culmina lo que hace nueve años comenzó; hoy quedarán sellados con un abrazo largo y unas cuantas lágrimas, tantos días de juegos, de cantos, de operaciones básicas, de exámenes, de pleitos ingenuos, de goles metidos, de triunfos y derrotas, de risas y llantos, de esfuerzos, de gritos y regaños, de sensaciones de nervios, alegrías y miedos.

A partir de hoy, al salir de aquí, saldréis al mundo, pero no indefensos, saldréis revestidos con una armadura de acero que son vuestros valores y unas magníficas armas pulidas con conocimientos, los mismos que habéis adquirido en este colegio, en el cual os hemos preparado para salir al campo de batalla.

Tanto mis compañeros como yo, hemos sido vuestros guías e impulsores a través del tiempo, hemos intentando dar una enseñanzas en vuestras mentes y la formación de vuestras almas.

Gracias Adonis, Kilian, Alexis, Yanira, Nyara, Carmen, Borja, Rosalía, Carlos, Javier, Alejandra, Luis, Daniel, Lorena y Samuel, por todos los momentos compartidos, os deseo lo mejor. Y recordad que siempre podréis contad conmigo.

Todos ustedes, algún día serán hombres y mujeres de bien, llenos de éxito profesional y una gran plenitud en nuestro interior.

Gracias a todos, pero sobretodo a Dios, quien nos da la vida y hace posible todo.

Hasta siempre, alumnos de sextos, hasta siempre en nuestro corazón. Levantémonos hoy en señal de triunfo, en señal de nuevos anhelos y metas cumplidas. Levantémonos hoy para daros el aplauso merecido y rendirle homenaje a quienes, junto con nosotros, han hecho posible todo esto.
Adiós, hasta luego; seguid en el camino, porque la vida no termina aquí; la vida apenas comienza si ponemos el corazón en ella.

Os quiere y siempre os querrá, vuestra seño, Isabel

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